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Constancia o Perseverancia

Raza de los niños

¿Qué es  la constancia?

Es la firmeza y persistencia en la ejecución de los propósitos y en las resoluciones del ánimo. Cuanta cosa emprendemos en la vida tienen que tener perseverancia pues sin ella, todo lo emprendido se irá diluyendo como agua en nuestras manos, como humo en el azul del cielo. El ánimo resuelto ante una cosa que emprendemos y la voluntad firme nos llevará al éxito.

¿Cómo formar la constancia?

  • Dar testimonio: el niño debe crecer viendo cómo sus padres son constantes en sus responsabilidades

  •  Impulsándolos a ser constantes, enseñándoles cómo esto les permitirá adquirir conocimientos que los llevará de la mano a la obtención de aquello de quieren o necesitan.

  • Acompañar al niño en los momentos donde éste deba afrontar algún contratiempo o derrota, para que pueda afrontar y aprender a manejar esta situación y sobre todo  el fomentar el deseo de continuar. 

Obstáculos para la constancia

  • Ser fáciles en permitirles desistir de actividades : en los hobbies y tareas extracurriculares. Los niños se entusiasman por actividades que otros compañeritos practican, decepcionándose en el momento de probarlos por sí mismo. Sin embargo, los padres no deben permitirles abandonar de inmediato una actividad sólo por el hecho de que el niño no es un excelente practicante en primer momento.

EL TROL QUE QUERIA VOLAR

Autor: Eva María Rodríguez

Había una vez un troll que quería volar. Todo el mundo se reía de él, pero al troll le daba lo mismo.
-Yo quiero volar, y volaré -decía el troll a todo el que se reía de él.
- Eres un troll, no un pájaro; no estás hecho para volar - le decían todos.
Pero el troll no hacía caso. Él quería volar, y nadie iba a arrebatarle su sueño.
El troll visitó a brujas, magos y hechiceros de todo el mundo. Viajó y viajó, pero nadie le dio una solución.
Como nadie conseguía hacerlo volar, el troll decidió construirse unas alas de madera. Pero no funcionaron.
Después, el troll probó a construir las alas de papel. Y luego de hojas, y luego volvió a probar con la madera. Pero nada. No había manera.
Un día, al troll se le ocurrió pedirle al águila que le llevara dar un paseo por el cielo.
-Si no puedo volar por mí mismo, al menos probaré el sabor del aire sin pisar el suelo -soñó el trol.
El águila quiso ayudar al troll, pero cuando intentó levantarlo, no pudo.
-Pesas mucho para mí, amigo -dijo el águila-. Deja que vaya a buscar a unas amigas y entre todas se llevaremos a dar un paseo.
El águila se fue y volvió con otras dos compañeras. Entre las tres levantaron al troll a duras penas y se lo llevaron.
El troll era feliz. Desde allí arriba podía ver muy lejos, sentir la libertad de no estar atado a la tierra.
Pero entonces, debido al peso, el troll se escurrió de las garras de una de las águilas. Las otras dos no pudieron con él y el troll se precipitó al vacío. Y cayó al suelo.
-Uf, menos mal que tengo la cabeza dura -dijo el trol, sin poderse mover.

Otros troles fueron a por él y lo llevaron a casa. Allí estuvo semanas recuperándose de la caída.

-¿Lo vas a dejar ya? -le preguntó su madre.
-Tranquila, no volveré a pedirle a nadie que me lleve volando -dijo el trol-. Estoy perfeccionando el diseño de mis alas. Está claro que tengo que conseguirlo por mí mismo.
Y así fue como el troll siguió investigando. Si lo consiguió o no no es lo importante. Lo importante es que él continuó buscando su sueño, trabajando para lograr lo que más deseaba. Y que, por el camino, aprendió muchas cosas buenas.


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Actividad

Escribe un sueño que tengas y algunos pasos que sabes que necesitas para lograrlo, guárdalo en un lugar especial y leélo cada cierto tiempo, el creer y perseverar en nuestros sueños puede hacer que se vuelvan realidad.

El sueño de Emily

​

Autor: Eva María Rodríguez

El sueño de Emily (cuentoscortos.com)

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Esta es la historia de una pequeña niña ambiciosa, Emily. Un día, Emily acompañó a su madre para ir de compras. Por el camino se cruzaron con una bailarina. La niña estaba asombrada por su vestido y sus lindas zapatillas de ballet, que llevaba en las manos, colgando de sus cintas de raso.
Emily siguió a aquella bailarina, mientras su mamá hacía unos recados.
No duró mucho el seguimiento. En seguida la pequeña bailarina llegó a una escuela, donde también había otros bailarines de ballet.
Con los ojos bien abiertos Emily los observó haciendo movimientos durante la clase a través de la ventana. Desde el levantamiento de las manos hasta las diferentes poses, todo fue una encarnación de la perfección.
La madre de Emily se acercó y le dijo a su hija que se trata de una escuela de ballet, donde niñas de familias adineradas y de élite se entrenan para una competición que se realiza anualmente en la ciudad.
—¿Qué ganan los mejores? —preguntó Emily.
—El ganador obtiene el título de mejor bailarín o bailarina de ballet; con una beca gratuita para acceder a la escuela de ballet más prestigiosa del país.
—¡Vaya! Yo también quiero ser admitida en esta escuela para obtener el título de mejor bailarina de ballet— dijo Emily a su madre.
—Mi niña, no va a poder ser —dijo mamá—. Esta escuela es cara y no podemos pagarla. Luego la agarró del brazo y la sacó de ese lugar.

Emily estaba desanimada. Quería convertirse en bailarina, pero no tenían dinero para ello.
Pero al día siguiente se despertó más animada. Había tenido un curioso sueño, y decidió no rendirse.
—Entrenaré de todo modo —dijo la niña según se levantaba de la cama.

Emily empezó a observar a las bailarinas y los bailarines de la escuela de ballet. Se colocaba cerca de una venta, en un lugar donde podía ver bien a los bailarines y bailarinas tomando las clases. Ella copiaba los movimientos y los practicaba en casa.

Un día, una maestra se fijó en ella. Cuando cerraron la escuela, salió y llamó a Emily a la escuela.

—Baila para mí, por favor —dijo.

Emily estaba confundida, pero en cuanto escuchó la música empezó a hacer lo que había aprendido hasta ahora. La maestra se sorprendió al ver el talento de la niña.
La maestra quedó tan impresionada que decidió dar formación gratuita al terminar sus clases. Emily se puso feliz y recibió entrenamiento diario. Pasó un año y finalmente llegó el día de la competición.
Todos estaban completamente preparados. Emily llegó al lugar muy emocionada, pero enseguida se sintió mal, viendo los bonitos vestidos y zapatillas maravillosas de todas las bailarinas y bailarines de ballet. Ella llevaba una sencilla malla y unas zapatillas viejas.
La maestra entendió lo que le pasaba y le dijo:
—¿Crees que solo un vestido bonito y unas zapatillas pueden hacerte ganar el título de mejor bailarina de ballet? Solo cree en ti misma.
En ese momento se anunció el nombre de Emily. Ella subió al escenario con plena confianza. Actuó de todo corazón en el escenario. Cuando finalmente se detuvo y abrió los ojos, vio una ovación de pie por parte de los jueces.
La sala se hizo eco de una gran ronda de aplausos. Finalmente, el sueño de Emily se hizo realidad. Obtuvo el título de Mejor Bailarina de Ballet.
Esto demostró a todos que si quieres algo corazón, los obstáculos no importan, ya que son solo escaleras que nos llevan a una posición más alta.

Joven bailarina de ballet

Actividad

Pide a tu mamá que te busque en internet una historia de un deportista que haya luchado mucho por alcanzar sus sueños, escribe un pequeño resumen de su vida .

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