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Amistad

Dos amigos con una tableta

¿Qué es la amistad?

Es la virtud que nos lleva a tener una relación sólida, profunda, desinteresada y recíproca con otra persona. Los amigos comparten intereses y tienen metas en común. La amistad crece con el tiempo, y puede perdurar a pesar de las distancias. Los amigos aprenden unos de otros y se enriquecen con las cualidades y talentos de cada uno, además se apoyan en los momentos difíciles y se ayudan a ser mejores.

¿Cómo fomentar la amistad?

  • Conocer a los amigos de los diferentes miembros de la familia.

  • Estimular el descubrimiento de las cualidades de los demás.

  • Fomentar un trato respetuoso,  entre hermanos y entre amigos. No permitir burlas ni críticas.

  • Favorecer trabajos y juegos en equipos dentro de la familia y con las amistades.

  • Generar un ambiente sereno y cordial que invite a los amigos a venir a casa.

  • Fomentar la alegría por los logros de los demás.

  • Promover el perdón entre hermanos y amigos.

  • Ayudar a los hijos a ser leales amigos y cultivar buenas amistades.

Amigos para siempre

Obstáculos en la vivencia de la amistad

  • Los temperamentos tímidos o introvertidos que pueden tener dificultad para relacionarse con los demás.

  • El egoísmo y la falta de empatía.

  • La crítica y los chismes.

  • El fingir o aparentar y no presentarse como uno es.

  • La exclusión, burlas o faltas de respeto.

Amigos

¿Cómo ser un buen amigo?

  • Pasar tiempo junto al amigo.

  • Ayudar al amigo a tomar buenas decisiones.

  • Apoyar a los amigos en las buenas y en las malas.

  • Compartir nuestras cosas y tiempo con el amigo.

  • Ponerse en el lugar del amigo, e intentar entender su punto de vista.

  • Cuando surja alguna diferencia, hablar las cosas y aclarar lo que pasó, perdonar y pedir perdón.

  • Ser sincero, siempre con amabilidad y respeto.

  • Alegrarse con los éxitos del amigo y apoyarlo en sus fracasos.

  • Aceptar al amigo como es, reconocerle sus virtudes, aceptarlo con sus defectos y ayudarlo en lo posible a ser mejor.

  • Ser leal y no hablar mal a sus espaldas.

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Los amigos de Jesús

Los dos amigos

Adaptación de la fábula de La Fontaine

Los dos amigos - Mundo Primaria

Amigos en Staduim

Había una vez dos amigos llamados Pedro y Ramón que se querían muchísimo. Desde pequeños iban juntos a todas partes. Les encantaba salir a pescar, jugar al escondite y observar  a los insectos. Cuando empezaban a sentir hambre, se sentaban un rato en cualquier sitio y entre risas compartían su merienda.  Pedro solía comer pan con chocolate y le daba la mitad a Ramón. A cambio, él le daba galletas y zumo de naranja. Estaban muy compenetrados y entre ellos jamás se peleaban.

Pasaron los años y se hicieron mayores, pero la amistad no se rompió. Al contrario, cada día se sentían más unidos. Como eran adultos ya no jugaban a cosas de niños, pero seguían reuniéndose para echar partidas de ajedrez, cenar juntos y contarse sus cosas. Eran tan inseparables que hasta construyeron sus casas una junto a la otra.

Una noche de invierno, Pedro se despertó sobresaltado. Se puso el abrigo de lana, se calzó unos zapatos y llamó a la puerta de su amigo y vecino.  Llamó y llamó varias veces con insistencia hasta que Ramón le abrió.  Al verle se asustó.

 

– ¡Pedro! ¿Qué haces aquí a estas horas de la noche? ¿Te pasa algo?

Pedro iba a responder, pero su amigo Ramón estaba tan agitado que siguió hablando.

– ¿Han entrado a tu casa a robar en plena noche? ¿Te has puesto enfermo y necesitas que te lleve al médico? ¿Le ha pasado algo a tu familia? …¡Dímelo, por favor, que me estoy poniendo muy nervioso y ya sabes que puedes contar conmigo para lo que sea!

Su amigo Pedro le miró fijamente a los ojos y tranquilizándole, le dijo:

– ¡Oh, amigo, no es nada de eso! Estaba durmiendo y soñé que hoy estabas triste y preocupado por algo. Sentí que tenía que venir para comprobar que sólo era un sueño y que en realidad te encuentras bien. Dime… ¿Cómo estás?

Ramón sonrió y miró a Pedro con ternura.

– Muchas gracias, amigo. Gracias por preocuparte por mí. Me siento feliz y nada me preocupa. Ven aquí y dame un abrazo.

Ramón estaba emocionado. Su amigo había ido en plena noche a su casa sólo para asegurarse de que se encontraba bien y ofrecerle ayuda por si la necesitaba. No había duda de que la amistad que tenían era de verdad.  Tanta emoción les quitó el sueño, así que se prepararon un buen chocolate caliente y disfrutaron de una de sus animadas conversaciones hasta  el amanecer.

 

Moraleja: La amistad es eso: estar atento a las necesidades del otro y tratar de ayudar a solucionarlas, ser leal y generoso y compartir no sólo las alegrías sino también los pesares.

Actividad

Escribe una carta aun amigo (a) dándole gracias por su amistad  y entrégasela cuando la veas. 

Fip, el dragón sin fuego y sin llamas

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Fip era un dragón diferente. No tenía el aspecto terrorífico de sus primos y hermanos. Siempre estaba alegre y de buen humor. Y no escupía fuego. Y es que Fip, al contrario que todos los demás dragones, tenía corazón. Era tan chiquitito que nadie sabía que lo tenía, y lo reservó para poder querer a un amigo.
Por miedo a que se le llenara un corazón tan pequeño, eligió hacerse amigo de una hormiga. Se sintió feliz teniendo una amiga, y resultó que aún le quedaba libre un pedacito de corazón. Lo usó para hacerse amigo de un ratoncillo, que tampoco lo gastó del todo, y detrás le siguieron un pájaro, una liebre, una oveja, un oso y otros animales. Fip empezó a sospechar que el cariño por sus amigos nunca llenaría su corazón, y dejó de preocuparse por su tamaño. Hizo tantos amigos como pudo y se convirtió en un dragón feliz.
Lo que no sabía Fip era que, igual que el odio encoge los corazones, el amor los agranda. Su corazón creció tanto que los demás dragones terminaron por descubrirlo. Llenos de rabia y envidia lo encadenaron para abrasarlo. Mientras las cadenas lo sujetaban para que no volara más que unos metros, decenas de dragones lo rodearon listos para lanzar sus llamas. Fip pensó en sus amigos y la pena que sentirían por él, y decidió luchar. Cerró los ojos y con todas sus fuerzas trató de lanzar la primera bocanada de fuego de su vida…
No lo consiguió. Él no escupía fuego. Pero un ruido como de agua le hizo abrir los ojos. A su alrededor los dragones miraban asombrados y empapados. De la boca de Fip había surgido un río más poderoso que el fuego de mil dragones. Sorprendido, volvió a intentar escupir agua, pero esta vez surgieron rayos que rompieron sus cadenas. Al tercer intento sopló un viento envuelto en aromas de flores que secó a los dragones y arregló el desastre causado por su río. Ante el asombro general, Fip siguió soltando por su boca todo tipo de regalos y bendiciones, tan poderosos que lo convirtieron en el rey de las montañas.
Así fue como los dragones descubrieron que tenían un corazón diminuto y lleno de ira que solo escupía fuego. Pero ahora, gracias a Fip, sabían que podía escupir cualquier cosa. Solo había que vaciarlo de odio y de rabia para poder llenarlo de amigos.
Enseñanza: La capacidad de amar no se gasta con el uso, sino que crece, mientras que el odio lo llena todo

Actividad

Lee Lc 6,45 "El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo que es bueno; y el hombre malo, del mal tesoro saca lo que es malo; porque de la abundancia del corazón habla su boca".

Dibuja un corazón lleno de cosas buenas como el de FIP y en contraste uno lleno de cosas malas... ¿Qué corazón quieres para ti?

El irrecuperable tesoro de las Reinas del Mar

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Eva era una niña valiente y aventurera que un día descubrió el mapa del tesoro de las Reinas del Mar, el tesoro con todas las joyas que las sirenas recogen de los barcos hundidos. Según el mapa, el tesoro estaba protegido contra el mal con magia blanca, y sólo la mejor amistad verdadera podría sacarlo de la cueva en que estaba.

Sabiendo esto, Eva recurrió a Lucía, su antigua compañera de aventuras y le contó el secreto. Acordó darle la cuarta parte de las joyas, y juntas tomaron un gran carro y fueron por el tesoro. Llenaron todo el carro con sus riquezas, pero, en el mismo instante en que abandonaban la cueva, todas desaparecieron, y solo pudieron encontrarlas de nuevo en su sitio original. Y por más veces que lo intentaron, no dejó de ocurrir lo mismo, hasta que ambas se dieron por vencidas.

- “Supongo que Lucía no era una amiga de verdad”, se dijo Eva. “Si lo fuera, no me hubiera importado compartir todo el tesoro con ella. Debería haber elegido a Lola o a María”

Lola y María eran sus dos mejores amigas. Y como no sabía muy bien a cuál elegir decidió contarle el secreto a Lola, acordando repartir el tesoro a medias.
Sin embargo, al ir a recuperarlo, se encontraron con una larga fila de buscadores de tesoros. Y es que, mientras estaban fuera, Lucía había tratado de sacar el tesoro un montón de veces, cada vez con un nuevo amigo. Y con cada fracaso, sus compañeros hacían lo mismo y corrían a buscar nuevos amigos para rescatar el tesoro por su cuenta, y así sucesivamente. Y, de esta forma, se había formado una larga fila de parejas de amigas y amigos que intentaban sin éxito hacerse con el tesoro.

Cuando por fin les llegó el turno a Eva y Lola, estaban tan seguras de ser excelentes amigas que la decepción fue aún mayor cuando el tesoro volvió a desaparecer al cruzar la salida de la cueva.
A Eva ya solo le quedaba la opción de María, que al recibir la noticia reaccionó con gran entusiasmo. María corrió entonces a contárselo también a Lola, quien confesó conocer toda la historia, y junto a Eva le explicó lo difícil que resultaba conseguir el tesoro.

- Bueno, da igual- dijo María-. Ya veréis cómo podemos sacarlo entre todas, y luego lo compartimos. ¿No somos las mejores amigas del mundo? Además, como es un tesoro tan grande, podremos ayudar con él a muchísima gente... ¿Os imagináis? yo tengo una tía que necesita ayuda en un hospital porque...

María siguió imaginando todas las cosas buenas que podrían hacer con el tesoro, y al poco Eva y Lola estaban tan entusiasmadas como ella. Entre las tres propusieron tantas ideas y tan buenas, que finalmente acordaron que solo se quedarían con alguna pequeña joya como recuerdo, y lo demás lo dedicarían a ayudar a otras personas.

Decidido el reparto, volvieron a la cueva, esperaron su turno y... ¡se llevaron todo el tesoro sin problemas!

Aquel lugar había llegado a ser muy famoso, así que no faltaron las felicitaciones, las fotos ni las entrevistas. Y en todas ellas, cada vez que los periodistas preguntaban a Eva o a Lola cuál había sido el secreto para rescatar con éxito el escurridizo tesoro, las niñas respondían:

- Tener una verdadera amiga como María, que nunca para hasta conseguir sacar lo mejor de nosotras mismas.

Actividad

«Quien encuentra un amigo, encuentra un tesoro» ( Eclo 6,14).

Haz una lista de las cualidades de un buen amigo(a)

e intercambialas con algún amigo para enriquecerte 

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